Es complicado escribir sobre exposiciones, películas o restaurantes viendo lo que está sucediendo. Me he sentido frívola y fuera de lugar al redactar algunos puntos, pero, tras pensarlo, creo que un paréntesis entre tanto dolor puede ser positivo. Por eso, he decidido mantener el formato habitual.
Espero que Cinco Puntos te traiga bienestar, calma y algo de entretenimiento. En momentos así, cualquier distracción es bienvenida; la necesitamos.
Tómate la newsletter de noviembre como un abrazo.
Desde la última entrega, he cambiado de trabajo, me he escapado sola a Nueva York y he cumplido años. Cuando dije que el otoño traería movimiento, no me equivocaba. Soy consciente de estar abriendo una nueva etapa, y lo hago con energía, entusiasmo y sensación de bienestar. Supongo que esto es madurar.
Hoy te traigo un poco de todo: exposiciones, delicias, documentales, obras de arte y consejos. Ponte cómoda, sírvete algo calentito y disfruta.
Punto #1 La más grande de las tiendas pequeñas
Recuerdo la primera vez que entré a VINÇON, la mejor tienda que ha tenido Barcelona. Era 2001, mi primer año de periodismo y, paseando por un Passeig de Gràcia que aún no sentía como mi hogar, me fijé en un escaparate espectacular. Tenía una doble entrada muy amplia y lo coronaba un neón rojo enorme con letras llamativas “VINÇON”. Chulísimo.
Me alejé para ver con perspectiva, no tenía claro si se trataba de una tienda o una galería muy cool. Quería entrar, pero me daba vergüenza. Mientras observaba desde la acera, la gente iba y venía cargando bolsas blancas con letras rojas. Tras cinco minutos, crucé la puerta y no salí hasta una hora más tarde.
Lo que pasó allí adentro fue magia. La tienda estaba llena de cosas increíbles, la mayoría presentes en todas las casas, pero de manera diferente. Las formas, los detalles y los acabados de cada objeto respiraban atención y cuidado. Todo lo que había en VINÇON era bello. Bello y útil, porque en esa concept store se rendía homenaje al diseño industrial y se premiaba tanto la estética como la funcionalidad.
A partir de entonces, mis visitas fueron en aumento, pero no las compras. Entono un mea culpa porque gasté poco. Era estudiante, ganaba cuatro duros y no me llegaba. Cayeron algunas libretas, un par de calendarios y varios bolígrafos, pero podría haber comprado más. Creo que por eso murió la mejor tienda que ha tenido Barcelona. Todos nos sentíamos orgullosos, sacábamos pecho, entrábamos a mirar y se la enseñábamos a las visitas como si fuera un museo, pero comprábamos poco.
Llego a esta conclusión tras disfrutar de una exposición imprescindible en el Disseny Hub Barcelona: “100 objetos de IKEA que nos hubiese gustado tener en VINÇON”. La idea original nace de Fernando Amat, alma de la tienda, quien, junto a su hermano Sergi ha seleccionado 100 piezas que les habría gustado vender en su icónica boutique. ¿El criterio? La estética, la funcionalidad, el precio y, sobre todo, su instinto, algo tan irracional como brillante.
Puedes visitar la exposición hasta el 23 de febrero en el DHUB. Ah, no olvides dar una vuelta por su recién estrenada tienda que, salvando las distancias, podría convertirse en la heredera de VINÇON.
Punto #2 Cello’s Pizza
“Leti, hazme caso, prueba la New York pizza”. Mi amigo Navas me envía un WhatsApp después de haber insistido en un chat de grupo y adjunta dos direcciones de pizzerías imprescindibles.
Ok, sus recomendaciones gastro son siempre acertadas, tiene ojo para las tendencias y, si me escribe en privado, la cosa es seria. Prometo que le haré caso y guardo las coordenadas en Google Maps junto a tropecientos spots.
Después de mi segundo desayuno en Murray’s, algunas compras y un paseo por el Village, me apetece pizza. No tengo hambre -es imposible con todo lo que estoy comiendo- pero abro el mapa y ubico Cello’s a 27 minutos caminando. Let’s go.
Entro en el local, que está casi vacío, al fondo veo al pizzaiolo lanzando la masa al aire, como si fuera una película. Delante de mí, hay un mostrador con pizzas gigantes muy apetecibles: pepperoni, burrata, achicoria, margarita, blanca, al vodka… Necesito ayuda y se la pido al que parece ser el encargado (después descubriré que es Steve Klein, socio y también propietario de la cadena Dough Doughnuts). Me recomienda la de pepperoni y la de achicoria, así que, ¡marchando!
Saco una Peroni helada de la nevera y pago poco más de 15 dólares. Me siento en un taburete junto a la cristalera para ver la calle y doy el primer bocado. MARAVILLA. Fina, crujiente, sabrosa y equilibrada. Me flipa esta masa, es más firme que la napolitana, aguanta bien los ingredientes y no se ablanda ni se humedece. Hay gente que la dobla, pero a mí nunca me ha gustado hacerlo. El sabor es intenso y no es grasa pese a ir bien cargada. Alterno los tragos de cerveza con los mordiscos a una pizza sabrosa, crujiente y calentita. Me la acabo en cinco minutos y empiezo con la de pepperoni. Otro rollo, pero igual de deliciosa. Algo más grasa, aunque cero pesada. Soy una entusiasta de las pizzas con pepperoni y esta la estoy devorando a bocaditos pequeños, haciéndola durar todo lo posible. Me acabo la cerveza, dudo un par de minutos y decido pedir otra. Me lo estoy pasando bien. Doy el último muerdo, me limpio con la servilleta y me despido.
Con apenas 4 meses desde su inauguración, Cello’s se acaba de convertir en mi pizzería favorita de Nueva York.
Punto #3 El vacío que llena
“Hay esculturas que te cambian por dentro”. Lo dijo mi hermana en el último podcast, mientras dejaba caer que la obra de James Turrell me gustaría. En ese momento no sospechaba que sería su trabajo el que me haría experimentar algo tan bestia. Fue en el PS1, una filial del MoMA en el barrio de Queens de Nueva York que sirve de plataforma para artistas emergentes y exhibe obras experimentales.
Al llegar, me dirigí a la planta más alta y, al leer “Turrell” en la puerta, la abrí. Al entrar, todo cambió. La instalación inmersiva me hizo aterrizar en un espacio donde el sonido, la luz y los colores eran diferentes. Otro mundo. En ese momento solo había dos personas en la sala, estiradas en el banco, en silencio, mirando el agujero que enmarcaba el cielo. Con sigilo, me senté, levanté la cabeza y me dejé llevar.
En “Meeting” el diseño y concepción de la sala te hace viajar, sentir un vacío acogedor que se llena con el azul del exterior y el blanco de las paredes. Todo era puro, limpio, sencillo, armonioso. Una paz rotunda e inesperada recorrió mi cuerpo. Era rarísimo. Rarísimo y precioso. Decidí quedarme hasta aburrirme, era temprano y no tenía prisa. Y así pasaron 30 minutos. Quieta, inmóvil, feliz en un espacio vacío con un banco de madera, paredes blancas y un agujero cuadrado en el techo que dejaba ver un cielo perfectamente azul.
Punto #4 ENO
El Festival In-Edit siempre presenta joyas. Este año, uno de los documentales que más han resonado en mi cabeza y al que sigo dando vueltas es ENO, dirigido por Gary Hustwit.
Este documental sobre Brian Eno no es una biografía como tal; es una experiencia artística que muestra al genio a través de fragmentos de entrevistas y archivos mezclados en vivo con una app de Inteligencia Artificial, obteniendo una versión diferente en cada proyección.
La obra está cargadita de ideas interesantes, te dejo por aquí las cinco que más me llamaron la atención:
Pérdida del ego
Brian Eno explora la idea de la "pérdida del ego" y asegura que dejarlo de lado abre la puerta a una conexión más profunda con el proceso artístico. Eno apuesta por disolver la identidad y perder el control de su creación para que la pieza alcance su máximo esplendor. Algo que se consigue, a menudo, a través de la experimentación colectiva de la música, la religión, el arte o las drogas.
Touring
Me encanta la tranquilidad con la que explica que no le gusta salir de gira. Eno asegura que es una pérdida de tiempo, una distracción. “Cuando estás de gira pasas 23 horas preparándolo todo para actuar una sola hora, no vale la pena”. Y se queda tan pichi.
El río
Eno ve el río como un símbolo de flujo y cambio constante y traza un paralelismo con su visión de la creatividad. Al igual que un río nunca es exactamente el mismo, él busca que sus composiciones “generativas” sean experiencias únicas que se transforman continuamente.
Música para aeropuertos
Un clásico que, si no conoces, agradecerás. La espera en un aeropuerto es un trámite desagradable y para calmar los nervios, Brian Eno creó Music for Airports. Inspirado por una experiencia en un aeropuerto alemán, buscó reemplazar la música de fondo convencional con sonidos que se integran al ambiente transmitiendo tranquilidad. Puedes escucharlo aquí.
Naturaleza
La naturaleza como fuente de inspiración y guía para la vida y el arte. A Eno le fascina cómo sistemas complejos pueden surgir de reglas simples en la naturaleza y utiliza esta idea en sus composiciones musicales.
Punto #5 Leti and the City
Como ya he comentado, tras cerrar una etapa laboral de casi 14 años tenía algunos días libres y me apetecía muchísimo visitar Nueva York en otoño. En esta época es complicado encontrar acompañante, entre otras cosas porque decidí marcharme de una semana para otra, la gente trabaja y no es un viaje barato. La única opción era ir sola.
[Alerta, frase insoportable] Muchas me escribisteis apuntando lo “valiente” de la decisión y comentasteis que os encantaría hacer algo así, pero no os atrevéis. No voy a fliparme, Nueva York es un viaje sencillo, la ciudad ofrece tantos planes que es imposible aburrirte y si vas con actitud abierta siempre acabas hablando con alguien. Pero como algunas me habéis pedido consejo, os dejo cinco recomendaciones basadas en mi experiencia:
Sí a todo
Como dijo Agatha Ruíz de la Prada en Decir las Cosas, “di que sí hasta la inauguración de una gasolinera”. Si conoces a alguien que vive en la ciudad o ha ido a pasar unos días y te propone quedar, ni te lo pienses: sí rotundo. Yo compartí un American Breakfast con Enric Sánchez y unas cervezas y muchas risas con Patricia Bolaños, ratitos estupendos que retomaremos en Barcelona.
Planificación flexible
Haz una lista de lo que quieres hacer, ponlo en Google Maps, organiza, pero date margen para cambiar de planes. Adáptate a lo que te apetece en cada momento y no te agobies con hacerlo todo. Quizás tenía previsto visitar un museo y dos galerías, pero si el cuerpo te pide meterte en un diner porque ese bagel te está seduciendo, ni lo dudes, hazlo. No seas estricta, relájate, fluye.
Un pequeño esfuerzo
A veces tienes que ponerte en situaciones incómodas, forzarte un poco. Me explico. Había oído a Leticia Vila-Sanjuán hablar de Toñita’s, un “Caribbean Social Club” en Williamsburg, y me apetecía muchísimo ir. Es un local donde la comunidad se encuentra para tomar cervezas, jugar al billar y bailar salsa. Llegué por casualidad, mientras paseaba, un domingo a las 6 de la tarde y decidí entrar. Todos se conocían, se saludaban con familiaridad y yo era el bicho raro que observaba en un rincón. Notaba que me miraban preguntándose qué hacía ahí.
Me acabé la primera cerveza y pensé que lo mejor era marcharme. Pero entonces recordé a Anthony Bourdain y dije “voy a por la segunda Corona”. Me relajé y empecé a interactuar con los chicos que jugaban al billar. Axel se acercó, me pidió el cargador de móvil y empezamos a charlar. Había pasado lo peor, ya había roto el hielo. Mientras él jugaba se me acercó un señor mayor y me ofreció comida. Me pareció bien. Me serví un plato de arroz, frijoles y carne mechada; apuré la cerveza y pedí otra. Las abuelitas me sonreían y Toñita ya me conocía. El Gringo y Axel acabaron la partida y se sentaron conmigo, me explicaron la historia del club, sus aficiones, me invitaron a Santa Salsa y me preguntaron qué hacía sola.
La primera media hora fue dura, me sentía una outsider que no pintaba nada, pero forzarme y unas cuantas cervezas hicieron que pasara una tarde estupenda.
Descansa
No te machaques madrugando y trasnochando para llegar a todo. Vas a durar dos días y no vas a disfrutar del viaje. Ve poco a poco y si el cuerpo te pide irte al hotel a las 5 de la tarde para echarte una siesta, hazlo, será un tiempo bien invertido.
Disfruta de la soledad
Si estás a gusto contigo misma hacer planes sola es una maravilla, ya sea irte de viaje o dar un paseo por tu barrio. Sin compañía es cuando más se aprecian los detalles. En este viaje me di cuenta de que tengo conversaciones conmigo misma. Igual piensas que estoy delulu, pero me sale de forma natural y me sienta bien.
Importante, hay personas que necesitan compañía y ven reducido el disfrute si no lo comparten. Lo entiendo. Si eres así, no te pongas en riesgo, evita pasar un mal rato y viaja acompañada.
Punto y aparte
Tras anunciarse que Luca Guadagnino dirigirá un remake de “American Psycho”, he vuelto a verla y se mantiene perfecta. En esta newsletter amamos al director italiano, pero quizás hay clásicos que no se deberían tocar.
Estoy obsesionada con el ruido blanco. Me lo pongo a todas horas, para estar por casa, para escribir, para dormir… Hace que me concentre y me relaje. Aquí tienes una lista de 10 horas.
Me gustan los productos y las composiciones que hace en Instagram la marca de papelería japonesa Penco. Un estallido de color elegante.
Esto es lo que dice James Turrell sobre Meeting, la obra que tanto me impresionó en el PS1 de Queens.
Si quieres saber más de Toñita’s puedes leer el texto que escribió Leti Vila-Sanjuan, no le falta detalle.
Y hasta aquí la newsletter de noviembre. Vuelvo el día 15 con mi hermana y nuestro podcast. Como siempre, puedes escribirme a newslettercincopuntos@gmail.com o Instagram, explicarme qué es lo que más te gusta, lo que menos o preguntar lo que te apetezca.
¡Besitos!
Gracias por el abrazo de Noviembre ❤️
Ojalá el remake de "American Psycho" esté aceptable, aunque no sé qué pensar de qué quieran rehacer una película tan buena como esa 🙈.
Y estoy completamente de acuerdo contigo que "un paréntesis entre tanto dolor puede ser positivo". Es importante ver las cosas buenas (cuando es posible, claro está) en momentos dificilles. Un abrazo