Cinco Puntos by Letibop #20 Disfrútalo. Tómalo. Es tuyo.
Cinco Puntos - Cinco de Octubre de 2023
Esta es la última newsletter que escribo en la treintena. En la próxima habré cumplido los cuarenta y, lo confieso, no me está encantando. Para pasar el mal trago empezamos tomándonos un ponche (o dos, o tres, o cuatro) de la nueva carta de una coctelería en el centro de Barcelona. Algo embriagados y mientras damos un paseo para volver a casa nos pondremos el pódcast de dos tías chulísimas que desde septiembre tienen espacio propio. Escucharlas es una gozada y hay que hacerlo con libreta al lado. Nos harán compañía en la cocina dónde conoceremos a una chef descarada con un talento descomunal y cuyos ojos gritan fuck you al mirar a cámara. Olivia es cocinera privada en Los Hamptons y tiene un rollazo increíble. En el punto cuatro nos pondremos un poco flamencos con el documental de una gitana que bailaba como nadie sin poder escuchar la música. Llegaremos al punto cinco, el más personal, con algunas reflexiones sobre entrar en la cuarentena y por qué no me siento demasiado cómoda con ello. Aunque, como dijo aquella genia, “es mejor que morirse”.
Adelante, te invito a mi fiesta.
Sírvete algo y pasemos un buen rato juntos.
Punto #1: Un trago de origen turbio en un hotel de lujo
En Barcelona puedes saltar de evento en evento de lunes a viernes sin pasar por casa. La presentación de un libro, la inauguración de una exposición, la reapertura de una tienda, cada uno es un misterio y nunca sabes si será la noche de tu vida o si te sentirás como un unicornio en un gallinero.
Hace unos días invitaron a mi hermana a conocer la nueva carta de la Punch Room del Barcelona Edition, una coctelería que destila inspiración clandestina. Una vez superado el clásico “he tenido un día horrible en el curro y solo quiero ir a casa, hacerme una bolita y descansar”, me di una ducha rápida y me convertí en su +1. Menos mal, porque lo que encontramos allí fue espectacular. Un gran descubrimiento. Nos dimos cuenta nada más llegar, ese evento era de los que merecía la pena, de los buenos. Subimos por una escalera espiral que nos situó ante una puerta secreta y, una vez abierta, nos encontramos en el que podría ser un club privado londinense del siglo XIX o la biblioteca de una casa señorial.
Entre invitados y piratas nos sentamos y elegimos nuestros elixires. De las 10 propuestas probamos cuatro y mi favorita fue la primera, el clásico Edition Punch. Es sencillo pero complejo, amargo y un poco ácido. Su fórmula se remonta al siglo XVII y está compuesto por cinco ingredientes, siempre cinco: Ginebra infusionada en Hibisco, Cordial de Pomelo, Sirope de Sándalo y Té de jazmín. Un trago de origen turbio, bebida de piratas, comerciantes, esclavos, marineros y prostitutas. Una delicia.
"Punch is the cordial of chaos, bringing order to the party."
David Wondrich.
Punto #2: Un pódcast propio
Estaba a punto de empezar este punto gritando "las chicas han vuelto", pero no, tras leer "What Does It Mean When We Call Women Girls?" lo haré un poco diferente, ahí voy:
Las amigas han vuelto y han creado una gran habitación propia con forma de pódcast que puedes escuchar cada dos semanas. A Begoña Gómez y Noelia Ramírez hay que tenerlas en cuenta siempre, es un gusto y no hay vez que no aprendas algo nuevo. No sé cómo lo hacen, pero van doscientos metros por delante y cuando llegas, ellas ya están en otra cosa. Viven en el futuro.
Empecé a seguirlas hace más de 15 años, cuando trabajaba en Equipo Singular, y las bombardeaba con notas de prensa, convocatorias y llamadas. Desde entonces no las he perdido de vista.
En “Amiga date cuenta” encontrarás a dos tías chulísimas haciendo de aspersor cultural, disparando recomendaciones, artículos y “conceptos urgentes del léxico contemporáneo”. Ellas habitan internet, separan el grano de la paja y te lo sirven en un magazine de antropología súperentretenido. Es una charla de amigas listísimas en la que te gustaría meter cucharada cada dos frases. Molan sin esforzarse. Si no las conoces te dejo por aquí un link para que te acerques a ellas.
Punto #3: Olivia Tiedemann, Private Chef
Ha vuelto a pasar, otra chica de Internet que hace cosas que me dejan clavada a la pantalla y me convierte en campeona mundial de scroll. Hoy quiero presentarte a Olivia Tiedemann, una cocinera particular que lleva un tiempecito preparando desayunos, comidas, tentempiés y cenas para alguien en una casita de Los Hamptons.
Olivia apareció en mi vida por casualidad. Con sus 800.000 seguidores se plantó en mi Iphone sin yo buscarla y su descaro, su agresividad y sus ojos azules desafiantes me enamoraron.
He visto todos sus vídeos de Instagram y Tik Tok, he revisado su currículum en busca de detalles sobre los restaurantes en los que ha trabajado y he escrito a sus representantes para saber más. Estoy enferma.
Te quiero en mi secta y voy a darte cinco motivos para que te unas a este credo:
Actitud
Hay muchísima gente haciendo recetas en internet, pero ella tiene algo especial. Pinta de borde, fiestera, un poco macarrilla y guapa a rabiar. Una Bourdain joven que se niega a sonreír.
Las recetas
Puede parecer una pasota, pero la tía se marca unos platos que ya me gustaría que coronaran mi mesa. Marisco, pasta casera, pescado, costillas, filetes, ñoquis, ensaladas o un simple sándwich de crema de cacahuete y mercen increíbles.
Rock’n’Roll
Olivia es lo más parecido a meter en una cocina a un punk con habilidades culinarias. Lo demuestra con su actitud al trabajar y con los temas que acompañan sus vídeos. Ramones, The Fratellis, The Strokes, The Clash… No hay canción mala. Por cierto, The Black Keys le dejaron un corazoncito en un vídeo donde preparaba pancakes de cereza y ella respondió así.
Su comida
Ver lo que cocina para los jefes es maravilloso, pero me gusta más cuando prepara un bagel de bacon, queso y huevo, lo corta y le pega un bocado.
El ritmo
Consigue respetar el ritmo de los vídeos de Tik Tok sin agobiar. Ni les sobra ni les falta nada. Pim, pam, flush, swap, dish. Un poquito de asmr también hay, sobre todo en los primeros vídeos donde la música no tenía tanta relevancia.
Punto #4: ¿Quieres comer? Pues baila
A finales de octubre llega uno de mis festivales de cine favoritos, el In-Edit. Casi dos semanas de documentales de música en pantalla grande que me hacen nadar entre historias delirantes, músicos interesantes y bandas que ni conocía. Mi ritual siempre es el mismo, un par de semanas antes me tomo unas horitas para repasar minuciosamente cada trailer, tanto si el estilo o personaje me interesa como si no, los veo todos.
Estaba yo en la terraza de mis padres haciéndolo y algo llamó mi atención. La historia de La Singla, una gitana nacida en los años 40 en la playa del Somorrostro que se quedó sorda al poco de nacer. Antonia Singla creció en el barrio barcelonés y a los 17 años se convirtió en bailaora de culto internacional, considerándola la mejor del mundo en países como Alemania. Su fama crece, ella no para de bailar y todo queda documentado en las fotografías de Colita.
Pero, de golpe, al cumplir los 30 años, la bailaora desaparece de todas partes. No queda ni rastro. ¿Qué pasó con La Singla? Eso es lo que investiga medio siglo después la cineasta Paloma Zapata a través de este documental que entrelaza el pasado y el presente y promete convertirse en el “Rodríguez” de esta edición.
C. Tangana inaugurará el certamen, Pete Doherty tocará un par de temas, pero yo, la historia que quiero conocer es la de la gitana que bailaba sin escuchar la música.
Punto #5: Todos hemos tenido 20 años
Nunca me ha dado miedo cumplir años, no temía envejecer y siempre me ha gustado celebrarlo. Hasta ahora. Faltan 23 días para cumplir 40 y me encuentro en plena crisis. Bueno, decir "plena crisis" quizás es exagerado, porque tengo la sensación de estar en un buen momento. Me siento querida, me divierto, soy independiente, vivo en un piso, un barrio y una ciudad que me encantan y estoy bastante en paz con el universo. Vamos, que no puedo quejarme, pero el peso de esa cifra está cayendo sobre mi y no puedo evitar pensarlo cada noche antes de dormirme.
Tengo claro por qué me pasa. No quiero seguir creciendo, me aterroriza la muerte, la de los que quiero y la propia. Que se pare todo, que no cambie nada. Por favor.
Aquí estoy, casi con cuarenta años, algo desnaturalizada y sin acabarme de sentir cómoda con esa cifra por varios motivos:
No me identifico con lo se supone que debe ser una mujer de cuarenta años. Creo que mentalmente sigo en los veintipico. No es un tema de inmadurez, es que sigo teniendo demasiada energía, ganas de aprender y no parar quieta. La curiosidad me puede y tengo la sensación de no saber nada de la vida. Se supone que tras cuarenta años en este mundo ya deberías saber algunas cosas, ¿no?
Huyo de compromisos fuertes. No me gusta lo que me atrapa en exceso, lo que me ata, me cuesta pensar en un piso propio, un coche, el matrimonio o algo que dependa de mí más allá de mis cuatro plantas. No va conmigo.
En relación al punto anterior, no tengo instinto maternal. Cero. Nada. Ni una pizquita. Desde que tengo memoria he tenido claro que no quería ser madre, nunca me ha atraído la idea de traer un hijo al mundo y la naturaleza no ha hecho sus deberes conmigo.Pensaba que en algún momento haría “click”, pero no ha pasado y a los cuarenta veo difícil que la cosa cambie.
Hace tiempo que los amigos de mi edad no están dispuestos a coger aviones para ir a ver a Taylor Swift a Manchester o pasarse cuatro días de festival en Andalucía. Eso me lleva a salir con gente más joven que yo, entre 5 y 10 años. Sí, soy la señora un poco rara que baila en los conciertos. Y me siento cómoda con eso.
No tengo arrugas. Algo bueno debía tener una vida de piel grasa. Algunos granitos y brillos, sí, pero ni una arruga más allá de los mofletes. Esas marcas son de familia, de felicidad, de la yaya Alfonsa. Y benditas sean.
Youth is the gift of nature, but age is a work of art.
Stanislaw Jerzy Lec
Punto y aparte
Toma, un regalo de cumpleaños, aunque sea el mío:
Es otoño y así es como me gusta que suene mi casa en la temporada marrón y naranja. La banda sonora que hace que me imagine viviendo en Nueva York.
Esta escena de la película “Troop Zero” te reconciliará con el mundo. Tiene niños adorables un poco inadaptados, Bowie y disfraces.
Hace unas semanas volví a pasar por Cameo para charlar de la serie de Terenci Moix. Llevaba una vida esperando poder hablar largo y tendido de él. Cada vez que me invitan a un pódcast me lo paso mejor. Debería plantearme algo con eso.
Me encanta esta cuenta de Instagram que muestra cafeterías alrededor del mundo. Desde construcciones de madera en Yogyakarta hasta los coffee shops más modernos en Tokyo o Londres.
David Lynch explicando cómo y de dónde vienen las ideas con la ayuda de un donut siempre está bien.
Colorín colorado, la newsletter se ha acabado. Nos leemos el 5 de noviembre.
Si te apetece hacer cualquier comentario me encontrarás en newslettercincopuntos@gmail.com.
Me hace mucha ilusión recibir mensajes, apuntes y sugerencias.