Cinco Puntos by Letibop #11 Llega enero y todo es nuevo
Cerré la diciendo que poco más le podía pedir al 2022 y alabando sus excelencias. Ha sido un añazo, lo mantengo, pero quizás canté victoria demasiado pronto. Entonces no sabía que a la vuelta de la esquina me esperaba un pequeño revés. Una sorpresita en forma de virus mutante. Sí, sí, ese que también te ha tumbado a ti o a algún amigo y que no es covid pero te deja el cuerpo como si te hubiera aplastado un tráiler. Así me sentí desde Nochebuena hasta el día de los Inocentes, sin poder probar la escudella, los canelones, ni cualquier tipo de dulce o copazo. Agüita y manzanas, esas han sido mis fiestas.
Pero no puedo quejarme, Fin de Año fue genial. Proyectamos a Ana Obregón en la fachada de un edificio y, un rato antes, disfruté charlando con Javier Aznar en una habitación del Hotel Jorge Juan. Un lugar maravilloso en el que me cuidaron muchísimo y del que te contaré más en el primer punto. Seguiré con unos artistas florales de los que quiero escribir desde que empecé la newsletter, pero no ha sido hasta hoy que he reunido el valor para hacerlo, te cuento el porqué en el segundo punto. Después te recomendaré uno de los mejores bikinis -o sándwich mixto- de Barcelona. Para bajar la comida, un paseo por la exposición de nueve autoras de cómic de vanguardia donde nos rodearemos de color y viñetas en unas instalaciones divertidísimas. Para acabar, te contaré como destrocé la infancia de mis compañeros de 2o de EGB tras las vacaciones de Navidad. Teníamos solo siete años. Soy un monstruo.
Ya sabes, ponte cómodo, pórtate bien y lee la newsletter hasta el final o los Reyes pasarán de ti esta noche. Espero que disfrutes.
Punto #1: When "Hotel Jorge Juan" met "Cinco Puntos"
Veo alguna cara nueva por aquí y creo que sé donde nos hemos visto antes. Vienes del Hotel Jorge Juan, ¿verdad? Qué gusto, mi refugio favorito. Uno de esos lugares en los que te sientes bien siempre y que cuenta con un anfitrión elegante, atento y generoso a más no poder.
Como ya sabrás -vaya turrita he dado por Instagram, eh- me pasé por allí el 31 de diciembre para tomar una copa con Javier Aznar y brindar por todas las cosas buenas que nos ha dejado el 2022.
Hicimos una selección de nuestros regalos favoritos, charlamos de los personajes más interesantes, de los bocados y tragos que más nos gustan, viajes, música y cine entre muchas otras cosas. Más de una hora de conversación que acabó con el cuestionario Proust. Me encanta ese ping pong de pregunta-respuesta que siempre empieza con “un momento de felicidad perfecta”.
Si te apetece unirte a la conversación y todavía no lo has hecho, haz click aquí, sírvete un chisporroteante Seagram’s tónica y ponte cómodo. El Hotel Jorge Juan nunca decepciona, espero no hacerlo yo.
Punto #2: Back to the flowers
Tengo ganas de escribir de ellos desde antes de que existiera esta newsletter. Comparto su trabajo en Instagram, los admiro y vibro cada vez que voy a su taller, pero hasta hoy no me he atrevido a dedicarles un apartado. ¿Por qué? Porque son amigos y no quería convertir cinco puntos en una "nepo newsletter" (lo de los nepo babies me ha calado).
De ellos se ha dicho que son “el Bulli de las flores”, “los enfants terribles del diseño botánico”, “los Tarantino del arte floral”... Para mí siguen siendo un grupo de amigos liderados por Joan Xapellí -una de las personas más creativas que conozco- que hacen cosas loquísimas con flores y plantas.
Me enamoré de su trabajo con un ramo, una pieza de la colección que rendía homenaje a difuntos ilustres de la cultura pop. Era el “Flowers for Laura Palmer”, tan azul, inquietante y misterioso como la joven que apareció un 24 de febrero en el río a las afueras de Twin Peaks.
A partir de ese momento no he dejado de admirarlos. Han hecho ramos de novia imposibles, decoración de eventos que parecen películas de ciencia ficción y montajes que remiten a los videojuegos de la Nintendo NES. Dándote una vuelta por su Instagram puedes encontrar homenajes a los ordenadores de 8 bits, a Velma de Scooby Doo o a la novela “Viaje al centro de la tierra”.
Todo esto es historia, una historia bellísima, pero forma parte del pasado. Ahora piensan en las flores del futuro y se plantean retos enormes, grandes instalaciones, proyectos de mayor envergadura física y temporal. Quieren que su obra dure y sea rotunda, lo que los lleva a decorar espacios culturales, restaurantes con estrellas Michelin o boutiques de los cinco continentes. No pueden parar de crecer, innovar y reinventarse, pero sin olvidar su origen que está más cerca de un niño jugando a la Game Boy o Fly que de un florista haciendo ramos.
Te dejo por aquí algunos de sus trabajos.
Punto #3: Crujiente, salado y graso
Lomo, panceta ibérica, queso Comté, pan y mantequilla. Esos son los cinco ingredientes de uno de mis bikinis favoritos de Barcelona, el del restaurante Gresca, aunque podríamos llamarlo “bocadito de felicidad” y no nos faltaría razón.
Sé que no es un descubrimiento nuevo, que se ha escrito mucho de esta maravilla en forma de sándwich, pero hace unos días volví después de demasiado tiempo y necesitaba explicártelo.
Ese pan aplastadito y muy crujiente con su capa de mantequilla deshecha, la panceta caliente que funde el queso y lo une a un lomo ibérico que da consistencia a cada bocado. La perfección en seis porciones que te deja los labios brillantes y jugosos.
¿Su origen? Según Rafa Peña, chef y propietario del restaurante, el sándwich de trufa negra de Michel Rostang le sirvió de inspiración para mejorar el clásico bikini que se preparaba en casa con pan del día anterior. Bendita inspiración.
Ah, un consejo, si te animas a probarlo intenta reservar en la barra. Podrás disfrutar de las coreografías de los cocineros entre cazuelas, sartenes y copas. En la barra todo es más divertido, confía en mí.
Punto #4: Constelación gráfica

Primer día de vacaciones de Navidad y paseando por el Raval sin rumbo veo el anuncio de una exposición de jóvenes autoras de cómic de vanguardia. Me llama la atención, el cómic es uno de esos territorios que me gusta, pero al que me cuesta llegar. Entré por curiosidad y salí con el propósito de saber más de todas esas artistas.
“Constelación gráfica” presenta un recorrido donde no solo verás ilustraciones, sino que podrás tocar y leer los fanzines y te introducirás en espacios que te harán sentir como si fueras el protagonista de un cómic.
La muestra empieza con un acercamiento a la red de ferias de autoedición, pequeñas editoriales e imprentas que trabajan para que la labor de las artistas que participan pueda ver la luz. Dos pasos más adelante te plantas en medio de la habitación de un milenial llena de totebags, carteles con consignas feministas, libros, blísters de Diazepam y dispositivos digitales. Se trata de un espacio creado por el filósofo y periodista Eudald Espluga titulado «Milenials: una generación en disputa» y te aproxima a la vida de las autoras de la muestra.
Salimos de la habitación e iniciamos el recorrido por 9 instalaciones que cada ilustradora ha creado para la ocasión. Unos montajes que muestran que el cómic puede atravesar el papel y llegar a elementos como la cerámica, el téxtil o un inflable gigante. De golpe te encuentras en una app en la que puedes hacer “match” con los monstruos de la aplicación de citas Cringer, de Bárbara Alca; jugar en “Isla Riesgo” a descubrir tu propia aventura con los personajes de cómic de Roberta Vázquez o cruzar una puerta dimensional ideada por Miriampersand que te transporta a cualquier otra parte.
¿El elemento común? La mirada crítica y el sentido del humor al abordar temas que preocupan a una generación. Precariedad económica y laboral, falta de estabilidad, la tecnología o las relaciones en internet están presentes a lo largo de la exposición.
Puedes disfrutar de todo esto y de espacios para dibujar, talleres y visitas guiadas en el CCCB de Barcelona hasta el próximo 14 de mayo.
Punto #5: ¿Quiénes son los Reyes?

A mis 39 años mis padres todavía no me han comunicado quiénes son los Reyes Magos, pero por una extraña fuerza desde pequeña conozco el secreto. Por interés no le daba demasiada importancia, mientras ellos cumplieran cada seis de enero, yo mantendría la farsa ante mi hermana pequeña, vecinos y compañeros de colegio sin problema, win & win.
La vida transcurría y cada año hacíamos el teatrillo: irnos a dormir temprano, zapatillas al lado de tres platitos con mandarinas, galletas María y agua. Al día siguiente tocaba despertarse tempranísimo y ver qué nos habían dejado.
Hasta aquí todo bien. En casa me sentía cómplice y nunca habría traicionado a mis padres y arruinado la felicidad de mi hermana. El problema llegó cuando volví a clase tras las vacaciones. Iba a 2o A -en durísima guerra abierta con 2o B- por lo que debía tener entre 7 y 8 años. Sonó la campana, hicimos fila y atravesamos el porche para subir a clase. Era primera hora de la mañana y nos sentamos en nuestro sitio. Se notaba la energía infantil contenida y las ganas de explicar las vacaciones. En ese momento, la profesora se puso el dedo en los labios y con un “ssshhhhh” nos hizo callar a todos, se preparaba para lanzar la primera pregunta. “A ver, levantamos la mano para responder. "¿Quién sabe decirme quiénes son los Reyes Magos?”. De golpe, 30 niños levantaron la mano por encima de sus cabecitas. Había algunos que incluso levantaban las dos, me daba bastante rabia eso. Yo, en cambio, di un salto para llamar la atención de la profesora y funcionó, para desgracia de mis compañeros. “Leticia, tú, dinos quiénes son los Reyes Magos”. Era el momento y, sin ningún tipo de maldad, solo para demostrar que mis conocimientos habían superado el engaño infantil, grité proyectando la voz “los Reyes son los padres” y volví a sentarme en mi silla satisfecha, orgullosa, tan pichi.
Un silencio recorrió el aula, nadie abrió la boca en unos segundos incómodos que se me hicieron eternos. Esa calma solo se rompió con el llanto de Toni Tallada, el hijo de la profesora de 2o B. Empezó balbuceando y acabó llorando escandalosamente.
A partir de ese momento los recuerdos son borrosos. Sé que la profesora se acercó y me dijo algo, pero no recuerdo el qué. Entonces fui consciente de la metedura de pata. Más tarde, el guapo de la clase, Luis Ahíbar, me dijo que él también lo sabía, pero sus padres le habían prohibido decirlo en clase porque había niños que todavía creían. Quería parecer buena persona, pero hablaba con demasiada condescendencia para tener siete años y me hizo sentir mal.
Y así, amigos, es cómo la clase de 2o A del colegio público Pere Torrent de Lloret de Mar descubrió el secreto de los Reyes Magos. De nada, compañeros.
Punto y seguido
Y para acabar, aquí va el billetito que te daba tu abuela por Navidad sin que tus padres lo vieran. Un punto extra que no te arregla la vida, pero gusta.
La canción que da título a la newsletter de este mes: Enero, de Papa Topo.
Una de las recomendaciones que más me gustaron de la charla con Javier en el Hotel Jorge Juan: Los jabones Wary Meyers, no pueden ser más bonitos, pero malditos gastos de envío. No los cité, pero también me gustan mucho los de Claus Porto.
Hablando de bikinis, otro que también está en mi lista top es el de Carles Abellán, lo puedes probar en el Tapas 24 o en el Bar Alegría (dirigido por Tomás Abellán, su hijo).
Por aquí te dejo otros platos 100% recomendables del Gresca y un vino exquisito.
En estas fechas siempre recupero este corte de Gomaespuma. Vale, la carta va dirigida a Santa Claus, pero me sirve para Reyes. El tono de Guillermo Fesser, la cadencia, el ritmo... todo me hace gracia aunque tenga tropecientos años y llamen a los emails "emilios".
Si has llegado hasta aquí espero que los Reyes te traigan más que carbón.
Empieza bien el año y no te tortures con los propósitos para 2023.
Volveré a llamar a tu puerta el 5 de febrero.
Hasta entonces, ¡pásalo bien!
Si te apetece hacer cualquier comentario me encontrarás en newslettercincopuntos@gmail.com.
Me hace mucha ilusión saber qué te ha parecido y qué es lo que más te ha gustado.