Cinco Puntos by Letibop #22 La última newsletter en Mailchimp. La primera aquí.
Cinco Puntos - Cinco de Diciembre de 2023
Ha llegado el momento de despedirnos. Levanto la mano y la muevo para decirle adiós al monete de Mailchimp. Han sido 22 newsletters que me han dado grandes alegrías, pero es hora de recoger los bártulos y llevarlos a otro sitio. No te preocupes, ni lo vas a notar, estoy trabajando duro para dejar nuestro nuevo hogar impecable. Está casi listo para entrar a vivir.
A partir del día cinco de enero seguirás recibiendo Cinco Puntos, pero será a través de Substack, otra plataforma en la que me siento más cómoda. Te estarás preguntando por qué, ¿verdad? Es sencillo y quiero ser transparente. A principios de año Mailchimp decidió subir sus tarifas haciendo que enviar esta newsletter me haya costado en 2023 unos 600 €. No me quejo, el servicio ha sido impecable y estoy muy agradecida, pero tras analizar alternativas he encontrado una que se ajusta mejor a mis necesidades y estoy segura que te gustará.
Si ya estás suscrito seguirás recibiendo mis postalitas. Me he encargado de sincronizar todos los contactos y funciona, pero si no es así, revisa la carpeta de spam el cinco de enero. Además, Cinco Puntos seguirá siendo una newsletter gratuita. Substack permite segmentar contenido de pago, pero prefiero que todo el mundo pueda leerla gratis. Y para acabar este comunicado tan serio, la novedad que me hace más ilusión: ¡Nueva sección! Un espacio pequeñito en audio donde responderé a cinco de vuestras preguntas cada mes. Algo parecido a un pódcast-consultorio en formato mini que durará unos cinco minutos. Si quieres preguntar algo puedes enviarme un email o escribirme a través de cualquier red social.
Punto #1: Cucharadas de nostalgia
“Mi madre expresaba su amor por medio de la comida”. Fue publicar esta frase en Instagram y la mía no tardó en enviarme un comentario que decía “cierto”, un emoji con ojitos de amor y cuatro corazones. Y es que la comida es una forma para expresar cariño en cualquier parte del mundo y así lo cuenta Michelle Zauner en su primer libro “Lágrimas en H Mart”.
La líder de la banda Japanese Breakfast repasa su vida explorando los platos que le preparaba su omma. Traza un recorrido por su infancia a través de sus chucherías favoritas, los veranos en Corea y los sabores y texturas que recuerda. La cantante y escritora relata su huida a la otra punta de USA tras una adolescencia complicada y su regreso para hacer frente al drama familiar, un episodio que culmina con la muerte de la madre y el nacimiento de este libro.
De Zauner me ha gustado su sinceridad, la crudeza con la que explica lo dura y exigente que era su madre, pero a la vez, la ternura que transmitía cocinando. Las maletas llenas de comida que enviaba cuando estaba en la universidad o el frigorífico hasta arriba de sus platos favoritos cuando regresaba a casa lo dicen todo.
Me fascina cómo describe la tristeza y el desconsuelo en el que se ve inmersa tras la pérdida. Sentimientos que la empujan a llorar cada vez que visita H Mart, una cadena de supermercados asiáticos que con sus productos, envases coloridos y sabores transmite los sentimientos mejor que las palabras tal y como hacía su madre cuando cocinaba.
Punto #2: Se busca autor
Soy un desastre. Tengo los bolsillos llenos de papelitos con apuntes, libretas a medias, Google Docs con frases sueltas y notas en el móvil. Me autoenvío mails, WhatsApps y mi libreta Traveller tiene palabras desperdigadas sin sentido, Pese a este caos, el otro día me topé con un textito que me gustó y quería compartir contigo. Ahí va:
“Los más peligrosos son los que aspiran a la pureza. Somos un saco de defectos y de contradicciones: dejen a la gente equivocarse. Estamos pasando una ITV de pureza diariamente, como si el prestigio fuese un castillo de naipes hecho muy despacio, hasta que, con una pequeña brisa, todo se desmorona. Da miedo.”
Siento no poder compartir la autoría, le he dado mil vueltas, he repasado podcasts recientes y rastreado en Google, pero no ha habido suerte. Si alguien puede ayudarme.
Punto #3: Motel Empordà
En la Nacional II, a la altura de Figueres, hay un restaurante que celebra la cocina tradicional catalana sin pretensiones, enalteciendo el producto y cuidando cada detalle, El Motel. Hace unas semanas lo visité con mis padres para celebrar mi cumpleaños, qué manera de disfrutar.
Fundado en 1961, el Motel Empordà es un trocito de historia en el que te sumerges desde que entras por la puerta. Al hacerlo te cruzas con Jaume Subirós, el actual propietario que desprende maestría y savoir faire en cada movimiento. Subirós te saluda con un “bon dia, com va?”, como si te conociera de toda la vida y hace que te sientas en casa. Ante ti tienes una sala amplia con ventanales enormes, mesas de madera con manteles blancos que piden sobremesa y cubiertos de los que pesan.


La carta es clásica, tradicional, producto excelente tratado con mimo y respeto. Encontrarás recetas como la liebre a la Royale, gambas de Roses, medallón de ciervo al sésamo o canelones a la crema gratinados. Las verduras de la zona toman protagonismo a través de las ensaladas de temporada, los nabos Negret de Capmany y los boletus edulis asados. Los arroces, carnes y pescados también son un espectáculo.


Pero mi parte favorita llega al final, con los carritos, el de quesos y el de postres. Sin ser yo una gran quesera, disfruté viendo cómo el primero se acercaba a nuestra mesa convirtiendo a mi madre en una niña en medio de una juguetería obligada a elegir. Doy gracias por ese momento. Mi padre optó por una Crêpe Suzette al Grand Marnier hecha in situ, flambeada y emplatada en medio de la sala. Una performance maravillosa con sabor a licor y azúcar. Mi momento llegó con el carro de los postres, un sueño. La elección siempre es difícil: pastel de chocolate, de queso, tarta París-Brest, Tatin de manzana con crema inglesa, milhojas… uff.


El Motel, restaurante en que Josep Pla tenía siempre reservada la mesa 26, es un regalo para los que lo visitamos. Un espacio que nos recuerda que las cosas bien hechas perduran en el tiempo.
Punto #4: Cristina Junquero
La conocí gracias al regalo de J por mi cumpleaños. Una preciosa sortija hecha a mano me abrió la puerta al universo de Cristina Junquero, artista andaluza que tiene su taller en Barcelona.
A Junquero el oficio le viene de familia, ya que su madre regenta una pequeña joyería en Chipiona desde 1978, pero con un estilo algo más tradicional. Tras pasar por la Royal Academy of Arts de Amberes, se instala en la ciudad condal desde donde crea piezas modernas, divertidas y ligeras. Su fuente de inspiración son las esculturas, la vida tradicional, la simbología clásica, la joyería antigua, el arte y la cotidianidad.
Trabaja con oro, latón chapado y plata para transmitir sentimientos y características de cada persona. Lo hace a través de propuestas directas, como su colección “fake”, o con las formas sutiles de sus metales curvos, asteriscos o florecillas. Cada pieza tiene alma y el detalle, el cuidado y el buen gusto se dejan entrever en sortijas, camafeos o pulseras.
Punto #5: No lo digas
¿Sabes esos días en que no te soportas ni a ti misma? No me suele pasar y cuando sucede me dura poco rato, pero una o dos veces al año se alinean los astros y el mundo me resulta insoportable. El frío, la lluvia, las hormonas, la luna… Todo se dio cita un martes de noviembre y, además, en un intervalo corto de tiempo me escupieron algunas de las frases que más odio.
Aquí tienes las cinco peores frases del mundo:
Perdona que te interrumpa (cuatro veces en media hora).
No, no te perdono, interrumpir está mal y hacerlo para repetir lo que otro ha dicho solo demuestra mala educación, falta de respeto y un morro tremendo. NO. TE. PER. DO. NO.
Ya veremos.
Soy intensa, entusiasta y cuando propongo hacer algo divertidísimo lo último que quiero oír es “ya veremos”. “Ya veremos, ¿qué? Tienes ante ti un planazo, no lo dejes escapar”. Arrrghhh.
¿Te puedo hacer una pregunta?
Ya la has hecho, next. El anuncio de una pregunta nunca traerá nada bueno. Conocí a un tipo que siempre lo hacía y generaba una tensión muy desagradable. Dejamos de ser amigos y fue una excelente decisión.
¿Tienes un minuto?
Obvio que tengo un minuto, o eso espero, si no lo tuviera mi vida acabaría aquí. A tu lado. En este momento. Espero gozar de muchísimos minutos en mi vida, lo que no tengo tan claro es que los quiera compartir contigo.
Tú misma.
La reina de la pasivo agresividad. Dos palabras que te van a hacer sentir mal no importa cuándo ni dónde las escuches. Una pequeña tortura que va a jugar al ping pong en tu cerebro durante horas.
Dicen que pocas cosas unen más a dos personas que compartir hate, así que te invito a odiar conmigo estas frases asquerosas.
Punto y Aparte
Si te ha gustado La Mesías tanto como a mí (qué buenos son Los Javis) tienes que seguir esta cuenta de Twitter. Su bio lo deja claro: “Estamos aquí para intentar resolver el misterio de la disolución de las Flos Mariae”. Tremendo salseo.
Siempre es bonito recuperar este vídeo en el que una anónima Maggie Rogers, todavía estudiante de música en la NYU, emociona a Pharrell con su primera canción “Alaska”. Hoy el tema acumula más de 213 millones de reproducciones en Spotify.
Gente cocinando mientras explica sus movidas. Estoy dentrísimo. Aquí tienes a Michele Zauner charlando de “Lágrimas en H Mart” mientras prepara un sagwa-ssamjang (dip coreano con manzana).
Siento debilidad por Chuck Palahniuk desde que lo leí por primera vez de adolescente, aquellas perlas blancas me traumatizaron. Verlo encender las luces de Navidad en su casa de Portland y trastear con unas tenazas enormes y cables me ha parecido entre adorable y aterrador.
Este tweet de Blackie Books con algunas de las cartas que recibía Gloria Fuertes me ha reconciliado con el mundo.
Hasta aquí la última newsletter del año y de Mailchimp. Volveré a tu email el cinco de enero. Recuerda chequea la bandeja de spam si no la recibes puntualmente.
¡FELICES FIESTAS!
Bienvenida a substack :)
Yo cambio el "Ya veremos" por su primo hermano: "Ya lo vamos viendo" Agggggg