


Mònica Escudero es buenísima. Buenísima cocinera, como sabrás si sigues sus recetas en El Comidista. Pero también es buenísima dj, buenísima madre, buenísima amiga y, sobre todo, buenísima persona. Además de darme las recetas más resultonas, ha estado ahí en momentos en los que me he roto, y ha sabido sostenerme con humor, ternura y sabiduría. Con ella siempre aprendes, siempre te ríes a carcajadas y siempre, siempre, te sientes a salvo. Es una suerte tenerla en la vida.
En la newsletter de hoy, hablo con ella de lentejas que saben a hogar, de olores que curan más que la mercromina, de cómo cocinar también es una forma de posicionarse, de bailar mientras se remueve un sofrito y de por qué dominar la cocción de unas verduras puede ser más revolucionario de lo que parece.
Léela. Te hará bien. Es buenísima.
Punto #1: ¿Qué plato sientes como un refugio emocional?


Las lentejas con verduras; seguramente debe parecer algo muy básico, pero un plato de lentejas es 'casa'. Con una buena legumbre, verduras previamente asadas o doradas para que den profundidad, algunas hierbas o especias, tomate... mientras se cocinan ya hay algo reconfortante en el proceso: desde el olor a sofrito primero y guiso después, que se intuye por toda la casa, o el borboteo suave de la olla hasta que te sientas a comerlas. Abrir unas piparras para acompañarlas o ponerles una montañita de yogur griego para coger un poco en cada cucharada -acidez y cremosidad + lentejas = delicia-. Saber que te queda para algunas comidas más (y que unas serán con arroz). Todo bien, todo paz. Soy básica, no pasa nada :)
Punto #2: ¿Qué olor de cocina te hace sentir segura al instante y por qué?
Cebolla y ajo en un sofrito, lo del meme de "¿Qué estás cocinando? ¡Qué bien huele! Starter pack". Escuché hace poco a la actriz María León contar que ella lo hacía cuando invitaba a cenar a alguien que le gustaba, y tiene mucho sentido. Un altísimo porcentaje de las cosas ricas que pasan al fuego empiezan así en gran parte del mundo y desde hace mucho tiempo, así que debe ser el olor-a-hogar-reconfortante-genérico-internacional (menos para Victoria Beckham).
Punto #3: ¿Qué aprendizaje de la cocina aplicarías a cualquier otra área de la vida?
Para mí, comer y cocinar es lo más político que podemos hacer. Supongo que es una obviedad porque todo lo que consumimos es político; de hecho, existir como ser humano social es intrínsecamente político. Pero comprar, decidir dónde ponemos nuestro dinero -y dónde no, igual de importante-, lo es mucho. Puedes influir mucho decidiendo qué comes, cómo, y por qué. Aquí es donde habitualmente cierto sector me dice "tú dedícate a la cocina que es lo tuyo y no te metas en eso". Jejeje: NO.
Punto #4: ¿Qué canción o tipo de música suena en tu cabeza cuando cocinas para ti sola?
Suena en mi cabeza, canto y depende de como también bailo. Cumbias, Tarta Relena, Bowie, plena y bomba boricuas, Pulp, Catriel y Paco Amoroso, Chakachas, Buenavista Social Club, Bad Gyal, Elia y Elizabet, música atonal, Édith Piaf, Bad Bunny, musicales como Hamilton o Les Mis. Aprovecho para pedirles perdón en bloque por perpetrar sus canciones (no pienso dejar de hacerlo).
Punto #5: ¿Qué receta sencilla crees que todo el mundo debería dominar?
Un simple plato de verdura cocida puede tener 300 sabores diferentes. Es una delicia que se prepara en un solo recipiente, y solo hay que dominar los tiempos y el aderezo. Como creo que hay que dominarla, ahí va: pon agua salada a hervir y pela las patatas. Cuando las añadas al agua, cuenta seis minutos y úsalos para pelar cebolla y trocearla (ponle también zanahoria). Pasados los seis minutos, añádelas al agua: en nueve minutos más estarán listas, y las patatas también. Cuenta el tiempo que necesitará la verdura que quieras añadirle después -siete minutos las acelgas, seis minutos unas judías verdes, cinco el brócoli o coliflor, unos guisantes solo necesitan tres o cuatro- y dedica este tiempo a pensar en el aliño. Para mí, con un refrito de ajo, pimentón y vinagre y un par de huevos cocidos siete minutos son una delicia, o con un majado de ajo y perejil, con una salsa de yogur...
Si sabes preparar un buen plato de verdura, tienes una opción sana, económica y rica asegurada.
Punto y aparte: ¿Qué consejo gastronómico te gustaría que fuera patrimonio de la humanidad?
Nunca, jamás, bajo ningún concepto uséis el hambre como arma de guerra. Aunque la gente que necesita ese consejo no entra dentro de otra de las acepciones de la palabra "humanidad", así que me temo que no les llegará. Para el resto: en la cocina casera, la autosuficiencia es mucho más práctica que la excelencia.
Colorín, colorado, este menú se ha acabado. Me despido hasta el día 5, cuando volveré con la newsletter habitual. Con el podcast nos estamos tomando un respirito. Íbamos cansadas y estábamos poco inspiradas, ¡pero volveremos!
Mil gracias por seguir al otro lado. Haces que esto tenga sentido :)
¡Feliz verano!
No hay mayor verdad: Mónica es buenísima. ❤️
Soy muy fan de Mònica. Cada vez te superas más con los invitados.