Cinco Puntos by Letibop #1 ¡HOLA!
1, 2, 3, 4, 5. Cinco puntos. Tenía que ser un número impar. Tres me parecía poco. El siete me gusta, es bonito, pero demasiado. No quiero ser pesada ni aburrirte. Aunque empezar una newsletter en 2022 hace que me sienta un poco así. “Ya está la intensita que llega doscientos años tarde”. Pero no importa. Llego.
Me quedo con cinco puntos. Una newsletter mensual que destaca cinco historias, que sale el día cinco y que no te roba más de cinco minutos. O sí. Eso lo decides tú.
Canciones. Frases. Lecturas. Exposiciones. Restaurantes. Museos. Series. Recetas. Ciudades. Diseños. Podcasts. Ideas. Anti-consejos. Mis movidas.
Bienvenido a Cinco Puntos.
Espero que pasemos un buen rato.
Punto #1: Ostras, champán, hamburguesas y langosta
Sí al exceso sin pretensiones. A un día tonto que acaba con champán, ostras y hamburguesas acompañadas de langosta, patatas fritas y ensalada de col. Sí a pringarte los dedos con salsa holandesa, chupártelos sin vergüenza y saltar sobre los tomates verdes fritos. Sí a estar a punto de explotar y pedir unos Mac&Cheese compartidos porque “hay que probarlos”. Sí a la tarta de queso y al american pie que rematan la orgía gastronómica con algo de dulce. Ah, y un besito de mezcal, para bajar.
Una cena que me alegró un martes regulero y me dejó con ganas de más. Dios sabe que esos pancakes van a caer cualquier sábado para desayunar.
Además, el espacio acompaña. Una bola de discoteca gira sobre un caballito de feria, luces estroboscópicas, un reservado rosa, frases en las paredes, figuritas de cowboys… Un paraíso artificial para los que tienen ganas de mambo.
El Durango es un diner americano en el centro de Barcelona (Aribau-Diputació) donde desayunar, comer o cenar, aunque el día haya empezado un poco raro.
Punto fuerte: Los martes a partir de las 19h, happy hour de ostras y champán. Imbatible.
Punto #2 : La Costa Brava de Miserachs
Andaba yo haciendo scroll en Instagram a la velocidad de la luz y algo me llamó la atención. Frené en seco y deslicé el dedo para recuperar la foto en que había visto un “Tossa-Lloret-Blanes” enorme. “Mi caaaaasa”. Era un carrusel de imágenes antiguas sacadas de “Costa Brava Show”, un libro descatalogado editado por Kairós en el 66, difícil de encontrar, solo disponible en webs de coleccionista.
En él, un Xavier Miserachs de 28 años y todavía estudiante de medicina retrata la Costa Brava de finales de los 60 con sentido del humor y finísima ironía. Una Costa Brava que se abre al turismo sin perder su esencia, donde los pescadores descargan cajas mientras esquivan a turistas en bikini, los carteles de cruceros y corridas de toros llenan el paseo y los grandes hoteles empiezan a engullir el frente marítimo.
La Costa Brava del burro cargado de redes y ánforas pasando entre los niños en la playa de Calonge, de las camisetas de rayas marineras, las fiestas hippies y Marika Green en Cadaqués jugando con una piedra entre las rocas. La de los guiris cuando todavía no eran guiris y las discotecas donde todos eran más guapos que ahora y estaban morenos con avaricia.
La Costa Brava que me obliga a frenar en seco mientras hago scroll en Instagram a la velocidad de la luz y me recuerda la suerte que tengo por haber nacido ahí.
Punto #3 : John Mulaney, drogas y el monólogo del Saturday Night Live
Cómo John Mulaney explica su adicción a las drogas, la intevention a la que le sometieron sus amigos y su paso por rehabilitación en este monólogo del Satuday Night Live es brillante.
Divertido, sincero y honesto. Sin auto compadecerse ni buscar drama. Riéndose de sí mismo y haciendo reír al público. Poniendo el lazo a lo que explicó en noviembre en el Late Night de Seth Meyers. Cómo me gusta este tío.
Punto #4 : La charla de Amélie Nothomb con Sergi Pàmies
La imaginaba fría, distante y, de tan educada, soberbia. Prejuicios. Fue cálida, cercana y amable. Desprende la energía de los que han tenido varias vidas. Me hizo querer escribir, vestir siempre de negro y aprender francés para hablar muy rápido mientras descorcho una botella de champán tras otra.
En su charla con Sergi Pàmies – traductor de sus libros al castellano y personaje al que hay que querer –habló de su deseo incontrolable por la escritura y repasó historias conocidísimas, pero que siguen atrapando. Se despierta a las 4 de la mañana, prepara un litro de té y escribe durante cuatro horas sin parar. Cada día. Solo ha dejado de hacerlo uno y asegura que fue el más triste de su vida. Siempre a mano, papel y boli Bic. No sabe qué es un Smartphone y rechaza la tecnología, no le interesa. Nada de redes sociales, mail o WhatsApp. No la busques en Instagram, no la encontrarás, pero si le envías una carta de las de sobre y sello promete responder. Lleva tiempo haciéndolo.
Cada año escribe cuatro libros, pero publica uno, el mejor. Los otros nunca verán la luz. Una pena. Cuando acaba uno empieza el siguiente, sin pausa, sin descanso, sin un minuto que perder.
Tras la charla rechazó la invitación de una lectora para tomar champán con una elegancia innata. “Me encantaría, pero creo que me han organizado una cena, espero poder hacerlo en otra ocasión”. Si lo hubiera dicho yo habría sonado borde. Muy borde.
Punto #5 : ¿Haces algo el sábado?
La pregunta trampa. La ruleta rusa de los planes. Puede ser sábado o cualquier instante de mi existencia, siempre me paraliza. ¿Cómo que qué hago? Depende. Si “no hago nada”, puedo estar entregándote mi agenda en blanco para que la llenes con algo que aborrezco. Si “he quedado” puedo estar renunciando a la cita de mi vida. ¿Qué hago? No hay respuesta buena y el riesgo es alto. He encontrado un recurso útil, responder con otra pregunta, un “ostras, pues no lo tengo en mente, ¿por?”. Funciona.
Y es que, desde hace tiempo, el no hacer nada o, mejor dicho, hacer cosas sola se ha convertido en una necesidad innegociable, algo que disfruto y a lo que no renuncio una vez a la semana, aunque me disparen con la pregunta trampa en la frente. Si no bloqueo 24 horas para mí me pongo nerviosa, me agobio.
Disfruto levantándome con calma y, mientras me preparo el desayuno, decidir si voy al gimnasio, me quedo tirada en el sofá viendo series o bajo al mercado. Salir a pasear escuchando mi podcast favorito, sin saber si voy a estar fuera media hora o voy a volver a casa de noche porque he pasado por la Filmoteca y daban algo bueno. Lo hago desde hace más de un año, cuando se acabó con G y volví a vivir sola.
Incluso tengo una lista de cosas favoritas: Cine, cafeterías nuevas -bendito Eixample-, el Raval, las bibliotecas de barrio, la parte alta de Muntaner, jardines y parques públicos –me tiene loquísima este tema-, exposiciones y tiendas de libros de segunda mano. Si el tiempo acompaña y encajo bien los elementos se me queda un planazo.
Pero ojo, no siempre es perfecto, a veces la jugada sale mal, no lo veo venir y pincho. Suele coincidir con los días en que las hormonas están rebeldes. Me levanto bien, decidida a dedicarme el día, a medida que pasan las horas siento que flojeo, que me falta algo. Me pongo un vermut, pero joder, qué triste tomármelo sola. Vislumbro la bajona y para la comida ya me he convertido en un monstruo antisocial que ha decidido aislarse del mundo y acabará sus días en una butaca con batín de terciopelo rodeada de gatos. Y todo por no haber respondido a la pregunta trampa. La maldita pregunta trampa.
Ah, soy muy alérgica a los gatos.
Punto y seguido
Este punto es la galleta de cortesía con el café, la escena tras los créditos en el cine, el bis del concierto que no esperas.
La banda sonora de esta newsletter. Lo que ha sonado mientras escribía y me peleaba con el diseño.
Un álbum con algunas de las fotos de "Costa Brava Show" de Xavier Miserachs.
Uno de mis especiales favoritos de John Mulaney en Netflix: Kid Gorgeous at Radio City.
La charla completa de Amélie Nothomb y Sergi Pàmies.
Algunas de las frases que me gustaron:
“La sed de escribir es magnífica porque combina una parte física y una espiritual. Además, cuanto más retrasas su satisfacción, más crece”.
“Todos somos personajes de ficción”.
"Jesús fue mi superhéroe favorito durante mucho tiempo”.
“La única manera de escribir es leer”.
“No hemos de protegernos, venimos de dos años de autoprotección. Ahora tienen que llegar los gritos”.
Hasta aquí los cinco puntos de marzo.
Gracias por leerme.
Nos vemos el próximo día 5 en tu mail.
Si te apetece hacerme cualquier comentario me encontrarás en newslettercincopuntos@gmail.com
:)