Han bajado las temperaturas, has vuelto al trabajo y a las nueve ya es de noche. La última newsletter estival llega con una mezcla de sensaciones. Por una parte, quiero alargar el verano, este año se me ha pasado volando y tengo la sensación de que no lo he aprovechado. Pero, por otra parte, me apetece la rutina, que los amigos vuelvan a Barcelona y que pasen cosas. Estoy convencida de que este otoño van a pasar cosas.
Para empezar a coger el ritmo, te traigo algunas recomendaciones didácticas, clases online impartidas por los más grandes. No te agobies, no te vas a aburrir. En el punto número dos te recomiendo un libro que me ha agarrado por dentro. Es durísimo, pero también muy bueno. Luego, nos vamos al cine para ver una película recién estrenada que mezcla una ruptura, Madrid y canciones bonitas.
Me acabo de poner una chaqueta, pero quiero pensar que el verano no se acaba, por eso te enseño una colección de fotos estivales hechas por padre e hijo alrededor del mundo llenas de sombrillas, calas y bikinis.
El punto cinco me ha quedado algo oscuro, triste, apagado. No siempre puedo estar de buen humor y es sano aceptarlo. Como dijo mi hermana, “te rayas porque siempre estás bien y eso tampoco es normal. Todo pasa”.
Tenía razón, en tres días volví a la normalidad y recuperé la alegría. Bendita alegría.
Punto #1 Volver a clase
De pequeña, cuando llegaba septiembre, lo que más me gustaba era recibir los catálogos de vuelta al cole El Corte Inglés o el Pryca. Sentarme en el sofá con un Nesquik y revisar mochilas, estuches y bolígrafos. Qué momentazo. Pero pasan los años, empiezas a trabajar y esa “vuelta” lo es un poco menos. Ya no hay catálogos, te compras libretas cuando quieres y septiembre no significa volver a jugar en el patio.
Este año quería recuperar la sensación de empezar el curso y, para hacerlo, me he suscrito a Masterclass, una plataforma online donde profesionales de primera línea comparten su conocimiento y experiencia en sesiones dedicadas a la gastronomía, escritura, cine, música, diseño, bienestar…
Los capítulos no duran más de 20 minutos y son fáciles de digerir. Muy agradables. Pildoritas de conocimiento de la mano de los más grandes. ¿Algunos nombres? Aaron Sorkin, Natalie Portman, James Cameron, Gordon Ramsay, Serena Williams, Martin Scorsese y más de doscientas personalidades que se ponen el traje de profe enrollado y te explican sus movidas.
Aquí tienes el trailer de cinco de mis cursos favoritos. Feliz vuelta al cole.
David Lynch enseñando creatividad y cine:
Anna Wintour enseñando creatividad y liderazgo:
Annie Leibovitz enseñando fotografía:
David Sedaris enseñando storytelling y humor:
Massimo Bottura enseñando cocina italiana moderna:
Al haberme suscrito durante un año me han regalado invitaciones para disfrutar de todos los cursos durante dos semanas. Si quieres una, escríbeme y te la envío. A cambio, puedes compartir Cinco Puntos :)
Punto #2 Mira a esa chica
Qué duro es ser una chica y tener 18 años. Creo que no soportaría volver allí. Todo era raro e incómodo. Las relaciones, el futuro, la familia, los chicos. Odiaba mi cuerpo, mi cara, mi pelo. Envidiaba a las chicas guapas y me sentía un bicho raro que no encajaba en ninguna parte más allá de mi grupo de amigas. Recuerdo pensar que aquello no podía ser la vida y tener la sensación de transitar por una cuerda floja resbaladiza sin un destino claro. Por suerte, todo eso pasó y ahora me siento bien conmigo misma. Muy bien.
Hace unos días leí un libro que me removió por dentro y, salvando las distancias, me devolvió a aquella época: “Mira a esa chica”, de Cristina Araújo. Una novela que parte de un tema delicado y devastador, el de una violación grupal y sus consecuencias en la vida de la víctima, Miriam.
Por suerte, nunca he vivido algo así, pero con su estilo, Araújo me hizo adentrarme en la mente de la protagonista. La escritora utiliza la primera persona de forma tan directa y poderosa que me sumergió en los pensamientos, emociones y percepciones de Miriam. Los vaivenes de su cabeza los hice míos de una forma tan intensa y claustrofóbica que más de una vez tuve que cerrar el libro y tomar aire. La novela te hace transitar por las consecuencias de la agresión y explora cómo la víctima internaliza la condena social, la vergüenza y el trauma. Notas su dolor y el juicio de los que la rodean.
Una lectura muy recomendable siempre que estés emocionalmente fuerte. Te va a llevar a sitios oscuros en los que no es agradable detenerse.
Punto #3 “…pero estamos bien”
Lo confieso, me gustan las rupturas. Disfruto cuando las parejas se separan, cuando los amigos lo dejan, incluso cuando me entero de refilón de que completos desconocidos han puesto fin a su idilio. “¿Sabes quién ha roto?” Dios, adoro esa frase. Sobre todo me gustan cuando son sorprendentes, cuando no los ves venir.
No es que le desee el mal a nadie, al contrario, creo que toda ruptura es el desencadenante de aventuras, de un renacer, de mil historias y me encanta ver cómo los eventos se suceden y los protagonistas adoptan nuevos roles. Es divertidísimo. Yo misma, tras mi última ruptura pegué un giro de 180 grados. Cambié de piso, de barrio, de hábitos, empecé a hacer deporte, a quererme más, a divertirme y a ser más yo. Un acierto.
Sobre la ruptura de una pareja de largo alcance va la última película de Jonás Trueba, “Volveréis”. Bueno, va sobre la ruptura y sobre la repetición, la crisis de los 40, la amistad, los consejos lanzados para ser dichos pero no para ser cumplidos...
En la peli, Ale y Alex (primera repetición) deciden seguir el consejo del padre de ella y organizar una fiesta para celebrar el fin de su relación. Este es el inicio de una comedia tranquila que navega por los sentimientos y situaciones que salen a la superficie al hundirse una relación de 15 años.
Pero, no estoy aquí para contarte la peli, es infinitamente mejor que vayas al cine, yo he venido a explicarte cinco cosas que me han gustado:
La canción de “Adiós Amores” con la que empieza la peli y que da la bienvenida a septiembre.
La idea de celebrar una ruptura. Me parece brillante y no entiendo por qué los amigos lo consideran absurdo. Vamos a quitarle un poquito de drama a la vida, que nada es tan importante. ¡Champán para todos!
Fernando Trueba. Actúa por primera vez interpretando a un padre que prepara una paella, da consejos que prefiere que no se cumplan y recomienda bibliografía interesante. Un señor adorable en bata.
Las vibras a ratos de Éric Rohmer, a ratos François Truffaut que se gasta Jonás Trueba y a las que se suma Woody Allen. No sé si es por la fotografía, los ambientes o las conversaciones de una pareja que está acabada, pero hay algo del neoyorquino ahí. Pese a la mezcla, no pierde su esencia.
El elogio a la repetición, un tema en el que pienso mucho. La película da vueltas a una misma dinámica: Los protagonistas le dicen a alguien que lo han dejado, pero están bien, y quieren celebrarlo con una fiesta. Así, una y otra vez. Un solo planteamiento, distintas reacciones. Todo el rato lo mismo pero nunca igual. Como la vida.
Punto #4 El verano no se acaba


Por favor, que alguien silencie a los que dicen desde hace días que “se ha acabado el verano”. Mira, no, se han acabado las vacaciones, pero el verano se alarga hasta el 22 de septiembre y eternamente en mi corazón porque en mi interior yo tengo una playa.


Para no olvidarnos de él, traigo las fotos de Wheeler Collective. Nik y Kerry Wheeler son padre e hijo y desde los años 60 retratan el verano alrededor del mundo. Sombrillas, calas, refrescos, piscinas, libros, copas de vino al sol… todo con un toque propio. Su trabajo incluye más de un millón de imágenes que han publicado en revistas como National Geographic, Time o Condé Nast Traveller.


Además, si te enamoras de alguna, puedes comprarla en diferentes tamaños y, por cada venta, ellos destinarán parte de los beneficios a plantar un árbol.
Punto #5 Summer Sadness
Escribo este punto con las ventanas de casa cerradas para que no entre el sol y una bola de tristeza sin sentido en el pecho. Es el último fin de semana de agosto y tengo la sensación de estar desaprovechándolo. Me tumbo en el sofá, pongo algo en Filmin que no voy a ver, abro Instagram y me frustro todavía más. Parece que todo el mundo se lo pasa genial: playa, piscina, montaña, barbacoa, risas, amigos, felicidad. Y yo aquí, encerrada, aburrida y con un nudo en la garganta.
Cuánto daño hace compararte cuando estás flojita. Y no me vale eso de “en Instagram es todo mentira”, porque no es así. Lo que publico ahí es verdad, y la mayoría de las veces no refleja ni de lejos lo que estoy viviendo; se queda corto, la realidad es mejor, así que eso no me consuela.
La sensación de soledad es injustificada. Me quejo por vicio. Hoy he rechazado dos planes y ayer salí a cenar y tomar copas en una terraza preciosa con dos amigas que son oro. Pero no puedo evitarlo. Siento que desaprovecho el tiempo y que debería estar pasándomelo mejor. Quería un fin de semana tranquilo para acabar la newsletter, leer, hacer ejercicio y cocinar antes de volver al 100% a la rutina, pero las hormonas me han dejado fuera de juego desde el viernes. Todo el fin de semana de bajona. Bravo.
Analizo cómo me siento y me doy cuenta de que mi tristeza no es racional. Aparte de la movida de las hormonas, no ha pasado nada malo, pero me siento sola y mal. Analizo y veo que estoy triste por no ser todo lo feliz que debería. Disfruto estando en casa tranquila, pero la ventana de Instagram que me enseña cómo otros exprimen el fin de semana me genera un FOMO que me hunde. Me agobio.
Más y mejor. Debería estar pasándomelo mucho mejor. Constantemente, no detenerme, no descansar, exhibir, enseñar, mostrar. No tanto para los demás, sino para mí, tengo que demostrarme que sé cómo aprovechar la vida. Hay que ser feliz 24/7 y mostrarlo, es importante exhibirlo, puntúa doble. No hay sitio para la calma o la reflexión; no cabe la pena ni el desánimo. ¿Qué haces en el sofá con las ventanas cerradas en pleno agosto?
Paro, lo asumo, lo acepto y decido entregar lo poco que queda del fin de semana a la tristeza. Mañana será otro día. Mañana será mejor. Salgo de Instagram.
Punto y aparte
Galletas María, Dinosaurios, Pantera Rosa y tortas Inés Rosales. Me encantan las meriendas y desayunos que pinta Pepe Baena Nieto. Y todo lo demás.
Me ha hecho gracia esta historia que explica cómo un chaval con una camiseta de Nirvana en un remoto campo irlandés fue el responsable del nacimiento de Foo Fighters.
Pedro Almodóvar y Luca Guadagnino juntos en Venecia. El manchego asistió al estreno de “Queer” y el encuentro fue precioso. Admiración mutua y reconocimiento. La mirada de Guadagnino, maravilla.
Imaginaba una charla entre Javier Aznar y Jonás Trueba desde hace tiempo. “Volveréis” la ha hecho posible y ha sido mejor de lo esperado. Siempre sacando lo mejor de sus invitados. Un 10.
Hace una semanas fui a Llagostera, un pueblecito de Girona, a recoger lúpulo para una sesión de fotos. Buscaba campos y encontré un espacio increíble para hacer un retiro. Se llama La Cura y promete quitarte todos los males.
Y hasta aquí la newsletter de septiembre. Vuelvo el día 15 con mi hermana y nuestro podcast. Como siempre, puedes escribirme por mail o Instagram y explicarme qué es lo que más te gusta o preguntar lo que te apetezca.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
no estás triste, estás aburrida. te quiero.
lágrimas cuando al pinchar un link he ido a parar a una canción de La Costa Brava. Es como si alguien que no soy yo me hubiera abierto la puerta de casa para entrar juntas. qué bonito.