Esta newsletter llega en una vorágine de actividad. Viajes de trabajo, Taylor en Lisboa, festivales, podcast, club de lectura, deporte, cenas… Poco sueño, algo de cansancio y agenda llena. No puedo pedir más. Me gusta.
En esta época del año siento que la vida explota y todo renace. No soporto estar quieta y mi confort es el caos. Hace un minuto intentaba echar la siesta para recuperarme del Primavera Sound, he tenido una idea y ¡pam! he saltado a escribir. Hoy no se duerme.
Así es como llega la newsletter de junio, con ojeras y muchas ganas de empezar la mejor época del año. Espero que la disfrutes.
Punto #1 Un lugar feliz
A Instagram le debo mucho, pero lo principal es acercarme a personas interesantes que de otra forma jamás conocería. El año pasado recibí un mensaje de Silvia, una fotógrafa, lectora de esta newsletter, que había tenido una idea: ¿por qué no sacamos Cinco Puntos de Internet y la llevamos al papel? Lo veía claro, quería mostrar mis cinco puntos favoritos de Tossa en la revista Traveller. Me cayó bien al instante, los entusiastas tenemos esa chispa que nos hace conectar rápido. Desde su primer mensaje sabía que nos entenderíamos y nos llevaríamos bien.


Lo organizamos todo y, tras perder un autobús, llegó de Valencia preparada para el madrugón del día siguiente. Nos despertamos a las 6, vimos salir el sol desde mi cala favorita y no paramos hasta entrada la noche. Hizo sol, calor, viento, frío. Incluso, durante un rato por la tarde, nos acompañó una niebla rara que no había visto nunca, pero que nos permitió disparar auténticos fotones mientras charlábamos como si nos conociéramos de toda la vida. Soy muy afortunada por toparme con personas así.


Visitamos mis bares favoritos, un espacio gastronómico, una cala. Bebimos cerveza, escuchamos rock’n’roll, comimos nachos, caminamos y acabamos con unos cócteles. Pero ssshhhhhh, no te quiero dar más detalles. Prefiero que lo disfrutes en el maravilloso reportaje que Silvia ha preparado para la revista que dirige David Moralejo y que ya puedes encontrar en el quiosco. En papel todo es mejor.


Si te animas a visitar Tossa, dame un toque, quizás te pueda enseñar algún sitio bonito.
Punto #2 Creatividad en pequeño formato
Como a tantas otras cosas, llegué tarde a La Zona de Interés, la peli de Jonathan Glazer ganadora de dos Oscar. Llegué tarde, pero llegué, y cuando lo hice me gustó tanto que la vi dos veces. El diseño sonoro me dejó loquísima, la invitación a imaginar, lo sutil, las ausencias y lo sugestivo me llevaron a sitios inquietantes.
Al acabar, necesitaba más del genio que había creado esa maravilla y al buscar me di cuenta de que, sin saberlo, hace años que admiro su trabajo.
Glazer ha dirigido cuatro películas: Sexy Beast, Reencarnación, Under the Skin y la citada The Zone of Interest. Pero ojo, su carrera en publicidad y dirección de videoclips es extensísima y entre sus trabajos se encuentran piezas que has visto y que recuerdas. Una exhibición de creatividad, ingenio y belleza comprimida. Menos es más. En este caso sí.
Seleccionar cinco favoritos es imposible, todo es bueno, pero voy a intentarlo:
Guinness - Surfer
Uno de los mejores anuncios de la historia. Sin duda. Los Caballos de Neptuno, Moby Dick y los surfistas de la Polinesia. Genio.
A Song for the Lovers - Richard Ashcroft
Me gusta todo, un vampírico Richard Ashcroft, planos sonoros, almuerzo frugal, iluminación inquietante, una habitación de hotel y un temazo.
Odyssey - Levi’s
Tiene 22 años y sigue impecable. Marcó una época. Ganas locas de correr, saltar y volar cada vez que lo veo. Qué guapos son los protagonistas.
The Universal - Blur
Kubrick, uno de los referentes de Glazer, está más que presente. No olvido el momento en que lo vi por primera vez. Domingo por la mañana, programa Sputnik, mi mundo acababa de cambiar.
Paint - Sony Bravia
70.000 litros de pintura explotando a ritmo de La Gazza Ladra de Rossini, un espectáculo visual para decir que con una Sony Bravia experimentarás los colores como con ninguna otra pantalla.
Punto #3 Amor verdadero
He hecho la prueba del amor verdadero y la ha superado. Es real, puro, del bueno. La Sylvestrina, una lamparita de Santa & Cole, y yo vamos en serio.
La prueba del amor verdadero es un test al que someto a caprichos innecesarios y que cuestan más de lo que estaría dispuesta a pagar en condiciones normales. Funciona así: Veo algo que me gusta pero que me parece un poco caro y pienso en cómo me sentiría con él. Me voy a casa y continúo mi vida. Evito tenerlo presente. Si mañana sigo pensando, algo hay, pero vamos a calmarnos, la prueba requiere paciencia. Si en una semana no se ha ido, estamos ante un enamoramiento, y si la cosa dura más de quince días, es amor verdadero. He de comprarlo.


Pues eso es lo que me ha pasado con la Sylvestrina, una lámpara diseñada en 1974 por Enric Sòria y Jordi Garcés que proyecta una luz similar a la de un candil, pero sin aceites o querosenos. Tiene tres tipos de intensidad, lo que transformará mi habitación en un espacio más o menos íntimo y acogedor. Es elegante, estilizada, queda bien en cualquier contexto y, además, ¡no tiene cables! Una razón de peso para los que odiamos esos filamentos negros, antiestéticos y molestos. Puaj.
Ha quedado claro, lo tiene todo, es perfecta.
Punto #4 La focaccia di mia mamma
En mi familia somos bastante obsesivos. Cuando nos llama la atención una cosa tenemos que ir a fondo, no hay ligereza que valga. Lo he heredado de mi madre, autoridad en lo que se refiere a maras centroamericanas, bizcochos esponjosos japoneses, fentanilo o judaísmo jasídico. Además de reputada investigadora de los perfiles de Instagram donde aparece gente comiendo compulsivamente y haciendo ASMR.
Su interés por los grupos criminales de Honduras me afecta poco, pero su última afición me ha llegado al corazón (y al estómago): el arte de hacer focaccia. Solo tres semanas ha necesitado para acariciar el olimpo del pan italiano y conseguir la receta perfecta. Y, como prometí en Instagram, voy a dejarla por aquí. Es tan fácil que casi se hace sola.
Ingredientes
560g de harina
460g agua (ojo, son gramos, no vayamos a liarla con los cl)
5g levadura seca o 15g fresca
10g sal
5g aceite de oliva
Receta
1- Mezcla en un bol el agua, la levadura, la sal, el aceite y la harina hasta tener una masa compacta
2- Déjala reposar durante una hora cubierta con un trapo
3- Dobla la masa sobre sí misma de izquierda a derecha y de arriba abajo
4- Déjala reposar una hora más hasta que duplique su tamaño
5- Vuelve doblarla y llévala a una fuente untada de aceite
6- Añade los toppings: cebolla, aceitunas, tomate, romero, orégano… lo que te apetezca
8- Hazle algunos hoyitos con los dedos (mi parte favorita) y añade un poco de aceite de oliva
9- Llévala al horno durante 20 minutos a 240 grados
¡Lista! Si te animas a prepararla escríbeme y me cuentas cómo ha quedado.
Punto #5 Reconciliación
Cuando algo no me gusta tiendo a pensar que no es el momento adecuado para encontrarnos. Me cuesta poner cruces de forma taxativa. Hay mil factores que pueden hacer que algo no funcione: el momento vital, el contexto, un mal día. Por eso, acostumbro a dar segundas oportunidades y cuando consigo reconciliarme con algo, la sensación es satisfactoria.
Eso me ha pasado con Lisboa. La primera vez, en 2022, fui sola. Una de esas escapadas de fin de semana para estar conmigo misma, visitar una ciudad nueva y probar cosas ricas. Pero no salió del todo bien. Mi cabeza se quedó en Barcelona. Tenía un affair poco saludable con un chico guapísimo más enganchado a las drogas que a mi persona y las ganas de estar con él hacían que todo en Lisboa me pareciera regular.
En 2022 veía mucha basura y suciedad por las calles. Tuve la sensación de estar en una ciudad gris, apagada, vieja y fría. No la disfruté y me aburrí. Quería volver a casa.
En cambio, en mi última visita, la decadencia de sus calles y edificios me pareció bellísima, con encanto, auténtica. Me gustó la luz, la vitalidad, la energía que desprende. La gente era simpática, visité museos interesantes, galerías, tiendas y restaurantes chulísimos. Comida deliciosa, helados a diario, muchas risas (gracias, Aran), paseos en patinete, mar, mercadillos, librerías… todo fluyó. Cuatro días perfectos en los que abracé la ciudad.
Esta reconciliación me hizo pensar en que la experiencia que me llevé en mi primera visita reflejaba mi estado vital en aquel momento más que la realidad objetiva. Un momento con el que no voy a reconciliarme y al que no pienso volver. No era ella, era yo.
Punto y aparte
Me ha gustado mucho este corto titulado “Greta Gerwig”. Nada que ver con la directora más allá de una pequeña broma. Una pareja modernita charla, ella le ha propuesto matrimonio y, a partir de aquí, fantasía.
Estoy encantada con el lápiz que me compré en A Vida Portuguesa. Es de la marca Viarco, es bonito y perfecto para subrayar libros.
Me siento muy identificada con esta frase del libro “Bourdain. La biografía definitiva” de Laurie Woolever:
“ …ese tipo de entusiasmo adolescente suyo, la forma en que podía zambullirse en el momento. Realmente sentía las cosas a un nivel que no debía ser de este mundo. Él vivía allí, estaba instalado allí. Vivía inmerso en el momento de lo absoluto”.
He dado bastante la turra, pero Romy Mars, la hija de Sofía Coppola y Thomas Mars es mi crush de esta primavera. Tras su paso por Cannes acompañando a su abuelo ha sacado dos temas. Pop fácil, canciones de menos de tres minutos, letras adolescentes sencillas. Amo. Puede escucharla aquí.
En el último podcast hablamos de realities y programas de tele en los que nos gustaría participar. Recomendamos marcas y prendas para estar cómodas en casa, librerías y productos que nunca faltan en nuestra nevera (bastante decepcionante esto). Ojo al punto cinco, nos pusimos intensas pensando en cosas de las que nos arrepentimos profundamente. Acabamos hablando del horóscopo.
Hasta aquí la edición de junio. El día 15 vuelvo con el podcast. Lo grabamos el domingo después del Primavera Sound, mientras tomábamos mimosas y fruta. Yo estoy un poco afónica, pero espero que me perdones. Ha quedado bastante divertido.
Y ya sabes, puedes escribirme por mail o Instagram y explicarme qué te ha parecido la newsletter, me encanta saber tu opinión.
¡Muchas gracias por leerme!
La zona de interés me atrapó también. Peliculón.
Esa lámpara... me has creado una necesidad!
La focaccia me encanta pero la cocina no la piso desde 1936...
Ahora tengo la necesidad de una lámpara y de hacer la receta de la focaccia....Gracias por compartir ;-)