Es domingo, el sol entra por la ventana y la temperatura es perfecta. Si no has desayunado, prepárate algo rico porque el punto uno puede crearte necesidad de dulce. En el punto dos traigo un fanzine que juega a la confusión. Todavía dudo si lo que explica es realidad o ficción. Amistad, fanatismo y popularidad. Échale un vistazo y dime qué te parece.
El punto tres lo escriben unas invitadas muy especiales: las kunst. Ellas nos recomiendan una exposición que nos invita a cruzar “al otro lado” en un crossover que me hace mucha ilusión. Antes de acabar nos iremos a Nueva York, pasearemos por bares y restaurantes emblemáticos y conoceremos a las personalidades que los han hecho tan especiales. Para acabar, algunas reflexiones sobre lo positivo que puede ser decir "no".
Ya sabes, cafecito y al lío. Gracias por leerme y dejar que te acompañe.
Punto #1 Brioche, helado y morreo
Del morreo me gusta todo. La palabra, el besito y el grupo de música. Pero hoy no vengo a hablar de eso, hoy quiero recomendarte uno con forma de brioche y helado que me dejó loquísima hace unos días. Un escándalo de cremosidad, sabor y textura que preparan en la heladería Morreig del barrio de Gràcia.
Había pasado por delante varias veces, pero fue una tarde de primavera con temperatura de verano, mientras paseaba con Naêlle y su nueva hija, cuando me lancé. El tema helado me lo tomo muy en serio, siempre elijo dos bolas y cucurucho, pero la opción del brioche de mantequilla me pareció golosona. Mi barómetro de calidad se basa en un sabor fijo, el pistacho, y otro que varía según el fruto seco que más me apetezca, en este caso el cacahuete al punto de sal. Primer lametón/bocado y madremía, qué pistacho, qué cacahuete y qué tridente perfecto formaban las dos esferas heladas deshaciéndose en el tierno bollito. El sandwich ideal, una mezcla óptima. Dulce sin empalagar, cremoso sin ser demasiado untuoso y del tamaño perfecto para que compute como merienda.


Desde entonces, creo que no hay día que no recuerde esa maravilla y me consta que Naêlle volvió a la mañana siguiente para desayunar con la familia. Yo, de momento, me he propuesto probar todas sus variedades de helados y pastelitos. Tienen una pinta increíble y prometen estar a la altura de un buen morreo.


Punto #2 Autoficción, fanatismo y amistad
¿Te imaginas ser amiga de la persona más famosa del mundo, aka Taylor Swift? ¿Cómo se gestiona eso? ¿Apuestas por la discreción o te la juegas contándolo? Eso es lo que se debía preguntar Tavi Gevinson, aquella niña de internet que con 11 años creó Style Rookie, una de las revistas más influyentes entre chicas. La misma que en 2009 revolucionó la blogosfera y compartió front row con la mismísima Anna Wintour desfile tras desfile. (Hay mucho que explicar de ella, si no la conoces y quieres saber más, pincha aquí).
Ahora que su amistad se ha disuelto, Gevinson se ha animado a ser más Taylor que la propia Taylor. ¿Cómo? Pues utilizando las vivencias acumuladas durante los años en que sus vidas se cruzaron para editar un fanzine titulado “Fan Fiction - a satire - by Tavi Gevinson”. Un ejercicio de autoficción (o no), un metarrelato sobre la dificultad de ser fan, crítica y amiga de la diva del pop.
A pesar de que Tavi señala que se trata de ficción, el fanzine es ambiguo y utiliza experiencias propias para relatar una época de su vida intensísima, cargada de ansiedad y búsqueda de aprobación. Lo hace de forma divertida, honesta y con anécdotas curiosas, pero dejando entrever un comportamiento algo obsesivo y oscuro.
“Fan Fiction” toma canciones de Swift para dividirse en tres partes con estilos y forma independientes:
Parte 1 - New Romantics
El punto de partida, casi un ensayo, el más teórico. Aquí, Tavi explora la narrativa de las canciones de Taylor Swift, discute sobre la nostalgia (propia y cultural) y escribe de la relación terapéutica entre la cantante y sus fans. Todo ello combinado con citas e ideas de otros pensadores como Barthes, Woolf y Berger.
Parte 2 - Mirrorball
Llega el salseo. Aquí se palpa la autobiografía. Un narrador (muy parecido a Tavi) explica cómo la vida la lleva a conocer a su ídolo, establecer una relación de amistad y todo lo que esta comporta: ansiedad, admiración y envidia. Las ganas de estar con ella, la búsqueda de aprobación, la necesidad de documentar los recuerdos, la obsesión con la fama y, finalmente, el desvanecimiento y el distanciamiento.
Parte 3 - Mine
Un intercambio de emails entre ambas. Me encanta este formato. Todo empieza con Tavi anunciando que ha escrito un libro sobre Taylor, a lo que esta responde con poco entusiasmo y cierta frialdad. Vuelve Tavi, sigue Taylor, Tavi, Tavi, Tavi, ghosting de Taylor y a continuación una retahíla de detalles que parece que no le han gustado demasiado a la cantante, algunas críticas y bastante mal rollo.


¿Jugada maestra o estrategia orquestada para ganar popularidad y aumentar su fama? Sea como sea, es una delicia. Si quieres leer este brillante y misterioso fanzine puedes hacerlo aquí o imprimirlo fácilmente. En papel queda chulísimo.
Punto #3 El otro lado
¿Has pensado alguna vez que te gustaría ser otra persona? ¿Sueles acordarte de lo que has soñado? ¿Alguna vez has consumido substancias que alteren tu estado de consciencia? Si no sabes de qué estamos hablando, pero te pica la curiosidad, estás en el lugar correcto. Hola, somos las kunst y este mes nos hemos infiltrado en nuestra newsletter favorita para hablar de una exposición. Si echas de menos el punto de Leti - lo entendemos - puedes encontrarlo aquí y si te gusta lo que lees, también puedes seguirnos, o no.
Volviendo al punto, imagina que te mueres. Ya, sabemos que no es la mejor forma de empezar, pero seguro que alguna vez lo has pensado. Hoy vamos a hablar de lo que pasa al otro lado, que por muy Iker Jiménez que suene, esta exposición nos enfrenta a la muerte de una forma bastante real. De hecho, la experiencia de ir al otro lado la vives cada noche cuando te duermes, cuando el consciente y el inconsciente se diluyen. Pongámonos en situación: llegas a una sala y te invitan a descalzarte; te quitas los zapatos y te ofrecen un disfraz, puedes elegir un tutú azul, un traje de pelo color arcoiris, una peluca rubia muy rizada o, simplemente, ser tú. Te invitan a pasar y llegas a una máquina donde, a través de una serie de preguntas, te clasificarán en el grupo 1, 2 o 3. Contestas y recoges un tique de esos de carnicería, te sientas y esperas. En la pantalla aparece tu número y te invitan a pasar, en cuanto se ilumina el piloto verde, cruzas la puerta y abandonas la realidad, entras al otro lado.
Como no somos nada fans de los spoilers, no te vamos a explicar lo que pasa ahí dentro, solo contarte que más que una exposición, eso parece un laberinto. Nada más entrar, te invitan a experimentar tu propia muerte: en una sala oscura, te tumbas en una cama de agua y una voz te empieza a guiar hacia un lugar que, para qué engañarnos, da bastante mal rollo. Cuando acabas de eso - oh wow - sigues tu camino por las distintas salas, pasando por hinchables enormes, confesionarios con vídeo y hasta una vagina gigante. Un aplauso para las exposiciones inmersivas que no dan vergüenza ajena: bravo. Sabemos que no es fácil, pero desde luego el Santa Mònica esta vez lo ha conseguido, sin escatimar en recursos y con una buena selección de artistas.
Como para todo hoy en día, hay que reservar, pero pssssst un secreto: si te pasas por allí y esperas a alguna baja de última hora, seguro que entras. Esta vez va en serio, no dejéis de ir porque además de hacer que te plantees muchas cosas - sobre la vida y la muerte, lo real y lo virtual, la locura y la cordura - también es bastante divertida.
Punto #4 Who Ate Where
Piensa en tu restaurante favorito. O, mejor, un restaurante mítico en el que te encantaría pasar una noche. ¿Qué te gusta de él? La comida es importante, el trato, la decoración. Todo eso está muy bien, pero hay un intangible que le da personalidad y lo convierte en un personaje en la vida en la ciudad: la gente que lo frecuenta y las historias que allí se viven.
De eso trata el artículo que quiero recomendarte. Un extenso texto acompañado de vibrantes fotos que explora la relación entre la historia social de Nueva York y su escena culinaria. “¿Qué habría sido La Côte Basque sin sus cisnes? ¿Mr. Chow sin Andy y Jean-Michel? Es imposible imaginar el Odeon sin McInerney, Sylvia's sin Sharpton”.


Prepárate para sumergirte en bares, restaurantes y antros de todo tipo. Locales geniales “no por lo que eran, sino por quiénes éramos y quiénes nos convertimos mientras estábamos allí.
Pasen por aquí, pidan una copa y vivan, sobre todo, vivan!

Punto #5 El “no” positivo
Hace unos años, mi amigo Navas me trajo un Daruma de Japón. Uno de esos muñequitos redondos inspirados en los monjes budistas. Los que jugaban al escondite inglés en Humor Amarillo (El Castillo de Takeshi para ser menos racista). Una figurita-amuleto al que le pides un deseo mientras pintas uno de sus ojos y, cuando se cumple, pintas el otro.
Pues eso hice. Me senté delante del ordenador del trabajo, saqué un rotulador negro y le pedí lo imposible: aprender a decir que no. En unos meses el deseo se cumplió, le cogí el gusto y me di cuenta de lo saludable que es hacerlo puntualmente.
Ojo, no soy fan de los negativos crónicos, pero aprender a negar con educación, calma y sentido común me ha reportado muchos beneficios.
Me sienta bien decir que no a…
Quedarme en una fiesta en la que no quiero estar.
Poner el trabajo por delante de la vida.
Vivir en pareja porque es lo “normal”.
Aguantar a vampiros de energía.
Defender algo con lo que no estoy de acuerdo.
Seguirle la corriente al graciosillo sin gracia.
Dejar de hacer cosas porque no es propio de mi edad.
Salir con gente que no me gusta.
Tener conversaciones que no llevan a ninguna parte.
Seguir las normas porque “siempre se ha hecho así”.
Estar en sitios que me aburran (a no ser que me paguen bien).
Ponerme en situaciones incómodas.
Obedecer por servilismo.
Tener hijos por miedo a que nadie me cuide.
Comprometerme con trabajos que no puedo asumir.
Dejar que los otros me definan.
Mantener amistades que ya no lo son.
Defender a alguien que no se lo merece.
Estos son algunos, pero hay muchos más casos en los que un “no” contundente es lo más positivo. ¿Te animas a practicarlo?
Punto y aparte
Aquí van algunas recomendaciones ligeritas:
Nuestro último podcast, esta vez desde el sofá y mucho más relajadas y con un puchito de café y pastas.
“Carmiña”, el libro que me regaló J este Sant Jordi. Un homenaje a Carmen Martín Gaite a través de las cartas que se escribía con Julián Oslé. Letras preciosas en una edición más que bonita.
Fui a Londres a ver a The Blaze en el Royal Albert Hall y fue increíble. Elegantes, potentes y delicados hasta el último detalle. Un ejemplo son sus videoclips, aquí te dejo uno de mis favoritos, un homenaje a los festivales de música.
Si pasas por París antes de septiembre puedes visitar en la Fondation Louis Vuitton la exposición “Matisse l’Atelier Rouge”. Tiene una pinta estupenda.
Santa & Cole acogió hasta hace unos días una exposición de Brossa maravillosa. Si no pudiste disfrutarla, siempre te quedará este librito, una selección de palabras y objetos, descontextualizados, que nos enseñan a observar lo ordinario desde nuevas perspectivas. Amo a Brossa. Amo a Santa & Cole.
Y hasta aquí la entrega de mayo, volveré el día 15 de este mes junto a mi hermana en formato podcast y el 5 de junio con más recomendaciones.
¡Sal y disfruta!
Qué buen rollo me da leerte, gracias y aplausos.
llegir el punt 5 mentre miro el meu daruma. 🫠